Mario Godoy Aguirre: La vuelta del músico que extraña Riobamba

Mario Godoy Aguirre, representante de una quinta generación de músicos en su familia, radicado en Washington D.C. visitante permanente de Quito por docencia académica y observador e investigador de la música, costumbres y tradiciones de Riobamba.

“La ciudad se la vive de diferentes maneras incluso en la diáspora” empieza diciendo Mario Godoy Aguirre, representante de una quinta generación de músicos en su familia, radicado en Washington D.C. visitante permanente de Quito por temas de docencia académica y observador e investigador de la música, costumbres y tradiciones de su natal Riobamba y su provincia Chimborazo. Nació en 1954, aprendió música con su padre el destacado compositor músico y arreglista Gonzalo Godoy, incansable investigador de la música vernácula y la antropología musical, además de ritmos contemporáneos y antiguos
Mario estudio en la escuela Juan de Velasco y en la 5 de Junio, vivió un tiempo en el sector de la Plaza Dávalos y luego en Santa Rosa, al ser “cuto” – como se les llama a los moradores de este barrio ubicado en el centro de la ciudad – siente que pudo vivir una época linda en medio de costumbre tradiciones música y color. “Santa Rosa tenía ferias coloridas, muchos artesanos hábiles en la casa de Ruperto Gallegos, como Rubén Calderón, el flaco Valencia que era tornero y que pasaban trabajando y dando vida a la madera, de allí salían juegos de té, floreros, lámparas, perinolas también estaban los artesanos coroceros que lograban que la dura y blanca tagua, termine en formas insospechadas”, recuerda Mario.

Este barrio además albergaba a familias con tradiciones artesanales como la Cevallos que preparaba pirotecnia y los tradicionales globos que prendidos con una mecha de kerosene volaban por los aires en las fiestas religiosas y sus llamativos colores se perdían a la vista de los devotos y fiesteros.
También la fragua era permanente en varios talleres de los denominados “paileros”, que trabajaban en bronce no sólo las pailas, sino además campanas para las iglesias y otros adornos que se colocaban en las salas de los diferentes domicilios.
“Las autoridades de la ciudad deberían buscar establecer un museo etnográfico que es lo que necesita Riobamba, para que los jóvenes del siglo 21 conozca cómo era la ciudad de sus ancestros, para que el turista sepa de una ciudad especial con costumbres creo en la tradición pero dinámica que está en constante innovación y las nuevas generaciones deben saber estas historias”, asevera el investigador.

Recuerda a los barrios con la tienda que abastecía las necesidades de los vecinos, el zapatero que remedaba y cambiaba las suelas, la ciudad con cabuyas en las calles para que se sequen y terminen en sogas y piolas, sus vecinos artesanos vendiendo sus trabajos en la estación del Ferrocarril a su llegada o partida.
Cosas particulares como los carriles de cuero y que duraban con facilidad no sólo el año lectivo sino mucho más! Había vistosas monturas para el parroquiano o el hacendado y la venta de guitarras era característica en la ciudad apellidos como Bermeo y Barrozo eran reconocidos guitarrerros.

“En 1920 se hacían muchas guitarras que se vendían a JD Feraud Guzmán y se comercializaba como españolas por la calidad y precisión en el trabajo, Riobamba tuvo ese prestigio en temas de instrumentos” dice Godoy.
Según indica y recuerda en las peluquerías siempre había bandolines y guitarras en lugar de periódicos o revistas que llegaron luego, la música era parte del día a día de los riobambeños.

Y Santa Rosa tenía también en los vecinos a artistas insignes que trascendieron en el campo musical de la composición e interpretación, en la calle Rocafuerte y Colombia vivía Gerardo Arias y Arias destacado compositor nacido en San Juan pero radicado siempre en el sector. Su tatarabuelo Juan Bernardo Godoy Cardoso fue maestro de capilla y a ellos se sumaron su abuelo Agustín Godoy Velarde y su padre Gonzalo Godoy, la iglesia del barrio donde estuvieron los padres Dominicanos fue el escenario para mostrar su talento en un melodio con pedales y cantando en latín, que confirmaba a Santa Rosa como un barrio de fuerte religiosidad.

Se suma a la lista de artistas Néstor Aguayo, Luis Valencia, Julio Cesar Murillo Gonzalo Badillo Baldeón, Washington Coronado y otros, todos ellos amigos y que eran parte de reuniones familiares y noches de bohemia en medio de la larga plática, las colaboraciones y los serenos. Su abuelo Ángel Serafín Pulgar fue director de la recordada Banda Municipal y fundador de la orquesta Los Ángeles del Infierno que hizo bailar a los riobambeños en fiestas y verbenas. Su padre Gonzalo Godoy es toda una institución musical, grabó con los mejores artistas de la época, con el Dúo Aguayo – Guayamabe, con Fresia Saavedra, Julio Jaramillo y otros.

Mario recuerda con especial nostalgia la retreta de los jueves y domingos que para él era muy esperado para poder escuchar los nuevos repertorios y temas, otros ritmos y canciones, además era parte del entretenimiento ir a retirar las cartas en el edificio del Correo. Lamenta también que sin embargo de tener estas referencias musicales y artísticas no se haya reconocido a muchas de ellas en su verdadero nivel por ejemplo cita el caso del famoso guitarrista Sergio Bedoya que cantó con Julio Jaramillo y sale en la película Romance en Ecuador cuando el Ruiseñor de América canta el tema Sombras.

“Uno de los grandes valores de la Riobambeñidad son las reuniones familiares con la guitarra, participando en los carnavales entre las coplas, la risa y la alegría” señala Mario que evoca las fiestas de los Godoy cumplidas hasta ahora en la parroquia San Andrés cerca de Riobamba. “Son celebraciones especiales las de antaño con coplas cantadas interminablemente entre la familia Godoy y la familia Cepeda, que permitían en ese tiempo la vigencia del contrapunto riobambeño, dónde amor se paga con amor y desdén con desdén y afloraba la chipa y picardía de la familia los vecinos y los amigos”, dice Mario Godoy vivió también en Guayaquil y con sus sueños artísticos visitó casas discográficas para que pueda grabarlas ni Industria Fonográfica Ecuatoriana S. A. (IFESA) ni Onix y tampoco JD Feraud Guzmán la respuesta fue similar en las tres disqueras “Mario sus canciones son bonitas, pero no comerciales” nunca eso desanimó y sintió que simplemente el reto era mayor tener una propia disquera que no cierre las puertas sino las abra a otras propuestas más allá de los “comercial”. Y surge Producciones Fonográficas Aravec El 2 de agosto de l980 como un almacén de música y una casa disquera administrada por una familia que sabía del oficio sus retos y sus vicisitudes fue parte de su vida era un almacén que estaba en la calle Guayaquil y uno de los primeros sitios especializados en la venta de discos.

Esta pequeña empresa vigente en el competitivo mercado discográfico, ha producido varios discos de larga duración y discos compactos de música ecuatoriana de los artistas: Pepe Jaramillo, Paco Godoy, Gonzalo Godoy, Carlos Bonilla Chávez, Dúo Ayala Coronado, Hnas. López Ron, Fresia Saavedra, Ángel Urquizo, Silvia Chabelita Godoy, Ramiro Gavilanes, Los Barrieros, la Banda de Calpi, Grupo Quimera, Chuchito Valdés entre otros.
El LP que contenía sólo yaravíes, idea de Mario Godoy y grabado con Alfredo Ayala y Hugo Coronado en la voz, las guitarras de Víctor Hugo Terán en el órgano Gonzalo Godoy los hermanos Ayala en las segundas Guitarras sigue vigente y aún más de treinta años después se sigue grabando y sobre todo vendiendo.
Para este músico e investigador Riobamba aportó de forma decisiva en el tema artístico no sólo como cantantes compositores y músicos, sino con el desarrollo de un medio determinante en ese entonces como fue la radio. El 27 de febrero de 1925 se da la primera emisión desde la fábrica el Prado al colegio San Felipe, el visionario y gestor Don Carlos Cordovéz Borja.

En los años 60 recuerda Mario Godoy que los almacenes vendían muchos radios transistor y que los clientes pedían “uno que sintonice radio Zaracay” emisora de Santo Domingo, que tenía una audiencia cautiva.
Eran tiempos donde las marcas se promocionaban vinculadas a la presencia de los artistas en las radios, por ejemplo los jueves había la denominada “Hora Philiphs”, donde Luis Alberto San Pedro, oriundo de esta tierra tocaba en vivo la guitarra hawaiana y empezó una historia de éxitos y reconocimiento nacional e internacional.
Los últimos años Mario Goody trabajó en la investigación del Jaguay que es una recopilación de un repertorio del canto ritual de la cosecha que aún se cumple en los cantones de Riobamba, Colta, Guamote y Alausí.

“El canto era en el inicio del período de la cosecha del maíz en el siglo 20, se lo cantaba en la cosechas del trigo y cebada entre junio y agosto, doce “Paquis” aún viven y cantan son octogenarios y un patrimonio cultural” dice Mario.
La investigación permitió recabar datos novedosos como el dato de que en la parroquia de Calpi a diez kilómetros de Riobamba, usan el Jaguay en las Primeras Comuniones con texto religiosos católicos, además hay lugares donde se utiliza para cortar la paja en las faldas del Chimborazo.
“En el canto del Jaguay está encerrada la sabiduría del pueblo Puruhá sus frustraciones y personajes, por ejemplo cantaban a una Doña Lorenza, que resultó ser Lorenza Abimañay una heroína indígena”, explica Godoy.
La historia registra que en 1803, Lorenza Abimañay, acompañadas por Lorenza Peña y Jacinta Juárez, encabezó una rebelión de 10.000 indígenas en las entonces parroquias de Columbe y Guamote en contra de la tributación, al grito de “sublevémonos para que recuperemos nuestra tierra y nuestra dignidad” se dio este movimientos inusitado, al final Lorenza fue degollada pero su nombre pasó a la historia de los pueblos indígenas de Chimborazo.

Actualmente busca que el canto del Jaguay sea declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, como lo es el tango, el flamenco, los cantos de marimba de la costa sur del océano Pacífico, ese es el reto y claro Mario lo conseguirá, por que no descansa hasta lograr lo que se propone siempre fue así y hoy no tiene por qué ser distinto.

Lo dijeron:

“Mario lleva el arte en sus venas con un raigambre artístico especial desde sus antepasados, que han destacado en la música y han dado un aporte a las artes musicales del país, es un ser humano sencillo, jovial y dispuesto a brindar su amistad”, Guillermo Montoya Presidente de la Casa de la Cultura Núcleo de Chimborazo.

Las anécdotas:

  • Mario recordó una hermosa forma de presentarse del santa roseño: “En el barrio de Santa Rosa somos tan bravos que se corta el agua pero con machete” eso lo decía el guitarrista Miguel Angel Chávez según refirió.
  • Hugo Haro penipeño fue su primer maestro y le enseño a solfear de una forma particular pues mientras en el conservatorio se marca con la mano él lo hacía con el pie!.
  • En la radio el Prado tocaba Francisco Pastor artista ciego que recibía cartas ofreciéndole matrimonio de distintas partes del país y el mundo, según contó a Mario Godoy Doña Judit Nolivos de Cordovez, esposa del propietario de la emisora.
  • Mario Godoy fue asesor de la entonces Ministra de Educación Rosalía Arteaga que colaboraba con el gobierno de Sixto Durán Ballén y por su iniciativa se estableció el Día del Pasillo en homenaje al natalicio de quien fuera insigne representante de nuestra música Julio Jaramillo Laurido.
  • Un músico como Mario Godoy ve en Celia Cruz la muestra de la necesaria innovación artística y evolución sin miedo la vio y escuchó cantando con dos marcas en la Sonora Matancera y luego cantando salsa en pleno siglo 21 con el tema La Negra tiene tumbao y ganando dos premios Grammy.

Fuente: La Riobambeñidad




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