Jacobo Isakoff y Radio Zaracay, Riobamba 1960

Hermosa imagen de Riobamba en el año 1960. Es una perspectiva de la calle Diez de Agosto, la arteria comercial más importante de la ciudad.

Hermosa imagen de Riobamba en el año 1960. Es una perspectiva de la calle Diez de Agosto, la arteria comercial más importante de la ciudad.

La fotografía tomada desde la esquina de la Larrea, nos muestra algunos lugares interesantes de la ciudad. A la izquierda en primer plano, el Almacén “SOFÍA”, cuyo dueño el Señor Jacobo Isakoff aparece de pie a la entrada de su negocio. J. Isakoff era un judío que llegó a Riobamba junto con su esposa por los años 40 huyendo de la persecución judía que se desató en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, se radicó en Riobamba en donde instaló un almacén de electrodomésticos. Fue uno de los pocos judíos que se establecieron en nuestra ciudad.

En el Almacén “SOFÍA”, su propietario vendía radios portátiles a pilas, muy apreciados por los campesinos de la provincia pues en ese entonces en las zonas rurales no había luz eléctrica. Los receptores marca “Nivico” o “Telefunken” que se exhibían en este almacén y también en el Almacén “FULGOR” del Sr. Gonzalo Littuma, un poco más abajo, tenían pegado un pequeño aviso que decía “COGE LA ZARACAY”. Este curioso letrero tiene su origen en una una curiosa circunstancia, veamos: Cuando en la década de los 60 el Gobierno Nacional, incentivó la colonización de las extensas selvas de Santo Domingo de los Colorados, muchos campesinos de la provincia emigraron a esta zona subtropical de la Provincia de Pichincha. En aquella época, en las zonas rurales, el teléfono era desconocido y la única manera de comunicarse con la familia era a través de Radio “Zaracay” la única radioemisora que existía en el pequeño pueblo de Santo Domingo. Las potentes ondas de esta radio cubrían amplias zonas de la serranía ecuatoriana. Fue por este medio que los colonos se comunicaban con sus familiares del campo. Los “mensajes”, “avisos” y “dedicatorias musicales”, a veces por pretextos tan baladíes, estaban salpicados de gracia. Era frecuente que por ejemplo la novia dedique a su prometido lo siguiente: “A fulanito, por haber cumplido el Servicio Militar Obligatorio, su prometida le dedica la canción “El Corneta”, de Daniel Santos.

Los sábados, día de feria en Riobamba, era común, ver a los campesinos que llegaban a la ciudad, cargar consigo un pequeño radio portátil alimentado con pilas, caminando por la ciudad, con el receptor pegado a la oreja. Hoy siguen haciendo lo mismo pero esta vez con teléfonos celulares de alta gama.

  • Fotografía: Foto Pacheco. Archivo del MCP. Riobamba, 7 de noviembre de 1960.
  • Fuente: Edwin Chávez Medina



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